La joya de la corona: el Super GT
Campeonato 100% nipón
Actualmente se le conoce como Super GT aunque comenzó bajo la nomenclatura de Campeonato Japonés de GT —Japan Grand Touring Car Championship (JGTC) —. Su primera temporada llegó en 1993 y desde casi el primer momento, Toyota tuvo un gran protagonismo especialmente en la categoría GT500.
La leyenda del Toyota Supra se fraguó gracias en partes iguales a su diseño exterior y buen comportamiento y su rendimiento en los circuitos, batallando en la principal categoría del JGTC entre 1994 hasta 2006, obteniendo en ese periodo cuatro títulos de pilotos y cuatro títulos de equipos, siendo Toyota una de las marcas más exitosas en la competición. Tras llegar a su fin la producción del modelo de calle, el increíblemente popular Supra se mantuvo en pista hasta 2006, mismo año en el que debutó Lexus en la categoría, usando los motores Toyota e incluso participando como equipos Toyota.
Con el tiempo se adoptó el nombre Lexus a nivel de escuadra pero los motores Toyota se mantienen a día de hoy, habiendo ganado desde entonces cuatro títulos de pilotos y cinco de equipos. En 2017, la llegada del nuevo LC500 revitalizó aún más al Lexus de Toyota Motorsport y sus motores propulsaron a los coches a victorias históricas como un increíble sexteto en el circuito de Okayama en una temporada que se resolvió con un nuevo título.
En el GT300, la categoría pequeña del certamen, Toyota ha participado a lo largo de los años con los MR2, Celica, Corolla Axio, Prius, 86 y Mark X para lograr un total de seis títulos de pilotos y tres de equipos. La temporada 2016 vio la última pareja de éxitos gracias al buen rendimiento del Toyota 86 del VivaC Team Tsuchiya, que coronó a Takeshi Tsuchiya y Takamitsu Matsui.
Así se acabó con una racha de ocho años sin títulos en el GT300, donde antaño Toyota había sido una fuerza dominadora. Aun así, hay que recordar que al igual que en GT500, los Lexus que ganaron los títulos de pilotos y equipos en 2009 usaron motores Toyota.
¿Sabías que…?
Los coches del Super GT son capaces de rodar a ritmo de LMP1 en el único circuito que comparten con el WEC, el de Fuji. Los mejores registros de los Lexus con motores Toyota están ligeramente por delante de los LMP1 privados y quedan a pocos segundos de los tiempos de los LMP1 oficiales híbridos. Una proeza, teniendo en cuenta la menor potencia y mayor peso de las máquinas del Super GT, sobre todo porque estos registros se obtienen con el lastre característico del campeonato que se aplica a los coches según la cantidad de puntos que suman.