Celica celestial
Aunque el confort y la facilidad de conducción eran prioritarios, el Celica aún tenía que dar la talla en las curvas para conquistar a los más entusiastas. Afortunadamente, la configuración de su suspensión delantera independiente y trasera de cuatro brazos no decepcionó en los giros más cerrados y sinuosos.
En 1985, la cuarta generación representaba un cambio sustancial para el Celica, que adoptaba una nueva tracción a las ruedas delanteras (en lugar de la tracción trasera anterior). Cabe destacar la edición de 1986 del modelo GT-Four, que estaba equipado con tracción permanente a las cuatro ruedas y un potente motor DOHC de 185 PS –el motor de 2 litros más potente de Japón–; la base perfecta para un nuevo ataque de Toyota al título del Campeonato Mundial de Resistencia (WRC).