La población urbana va en aumento año tras año. En la actualidad, aproximadamente dos tercios de la población española vive en grandes ciudades y, si tenemos en cuenta que hay un vehículo por cada dos habitantes, esto inevitablemente nos lleva a interminables congestiones en nuestra rutina diaria.
La mayor parte del parque automovilístico español se mueve gracias a motores de combustión interna, lo que se traduce en un elevado nivel de contaminación que empeora la calidad del aire y, por consiguiente, nuestra salud.
Si bien a lo largo de la historia las mecánicas diésel y gasolina han evolucionado muy positivamente, empleando un elevado nivel de tecnología que disminuye las emisiones de gases contaminantes, todavía queda un largo camino por recorrer para que estas consigan igualar los bajos niveles de contaminación de los coches híbridos.
Por esa razón, en Toyota llevamos más de 20 años trabajando para reducir las emisiones de CO2 de los coches, el componente principal del cambio climático, así como otros gases de efecto invernadero que contribuyen a la polución en las grandes ciudades.
La contaminación de los coches se debe a la emisión de multitud de gases contaminantes por el tubo de escape, tales como el dióxido de carbono (CO2), los óxidos de nitrógeno (NOx) y las partículas sólidas (PM), por lo que el objetivo prioritario de las instituciones públicas y los fabricantes es impulsar la reducción de estos.
Veamos qué tipo de combustible es el más contaminante y qué tecnología se emplea para reducirlo:
Sin embargo, si queremos saber las emisiones de CO2 de los coches, podemos fijarnos en su consumo: a menor consumo, menores emisiones de CO2. Podría parecer que algunos coches diésel modernos son los más “limpios” en este sentido frente a algunos coches gasolina convencionales, para nada. Los diésel emiten gases que son muy perjudiciales para nuestra salud. Sin embargo, el motor eléctrico de los coches híbridos ayuda a reducir estas emisiones de CO2 y ser igual o más bajos que los diésel, ya que pueden circular más del 50% del tiempo en modo eléctrico.
Esto no quiere decir que no los emitan, sólo que lo hacen en menor medida que antaño gracias al empleo de soluciones como el AdBlue, que convierte los óxidos de nitrógeno altamente tóxicos -NOx- en nitrógeno y vapor de agua. Sin embargo, los diésel siguen siendo los que más emiten este tipo de gases nocivos para nuestra salud.
Las producen tanto los motores diésel como los gasolina, de ahí el empleo de filtros de partículas para tratar de eliminarlas, aunque un coche gasolina de inyección directa produce la mitad de partículas que uno diésel.
Si bien cualquier motor de combustión es susceptible de generar contaminantes, la respuesta es sencilla, apoyándonos en un motor eléctrico que complementa a nuestras mecánicas de gasolina de última generación.
Gracias a la tecnología híbrida, nuestros coches consumen muy poco en ciudad y, por lo tanto, emiten menos CO2 que un vehículo de combustión interna, solventando así el principal problema del que adolecen los coches de gasolina y beneficiándose tanto de la pegatina ECO de la DGT como de la exención del Impuesto de Matriculación (en aquellos coches que emiten menos de 120 gr/km de CO2).
Además, la intervención del motor eléctrico en múltiples situaciones logra reducir casi la totalidad de emisiones de NOx y de partículas sólidas. El NOx es gravemente perjudicial para nuestra salud si se inhalan elevadas concentraciones en un corto periodo de tiempo, pudiendo llegar a originar edemas pulmonares y causando daños irreversibles en el tejido pulmonar (Opens in new window).
¿A qué esperas para beneficiarte de las ventajas de un híbrido y ayudar a limpiar el aire que respiramos?
