¿Qué es el hidrógeno?

El hidrógeno es limpio, seguro, y supone el 70% de la materia del universo. Como fuente de combustible, el hidrógeno es entre dos y tres veces más eficiente que los motores convencionales, por lo que permite llegar más lejos con menos combustible. Y como su único subproducto es agua limpia, los vehículos propulsados por hidrógeno eliminan las emisiones de CO2 (y de otros gases como el HC, CO y NOx).

¿De dónde lo sacamos?

En su forma pura, es un gas invisible, inodoro e inocuo, más ligero que el aire. Pero primero hay que extraerlo, ya que el hidrógeno no se encuentra de forma natural en ese estado. Así pues, antes de usarlo, tenemos que separarlo.

Hay varias maneras de hacerlo, como el reformado con vapor y la gasificación, aunque un proceso que se usa ampliamente en toda Europa es la electrólisis. Este método implica el paso de una corriente eléctrica por agua, lo que en efecto libera hidrógeno en forma gaseosa.

Y, si utilizamos electricidad de fuentes renovables, podemos producir un combustible limpio aún más ecológico.

El hidrógeno y la pila de combustible

Para convertir el hidrógeno en electricidad, necesitamos una pila de combustible. El innovador sistema de pila de combustible desarrollado por Toyota crea energía mediante la reacción entre el hidrógeno y el oxígeno, y el residuo resultante es solo agua. Se trata de un proceso que dura apenas un instante, y que alimenta el motor eléctrico que propulsa el vehículo.

Ventajas del hidrógeno

  • Sin emisiones de CO2

    La generación de electricidad a partir del hidrógeno no produce nada de dióxido de carbono. Al emplear energías renovables para separar el hidrógeno, el proceso en su conjunto está totalmente libre de emisiones. Por eso es una forma ideal de energía verde, para que todos podamos respirar más tranquilos.

  • Suministro ilimitado

    El hidrógeno se puede extraer de una amplia variedad de sustancias, como petróleo, gas, biocombustibles, lodos de aguas residuales y agua; y nuestro planeta está lleno de agua. Por eso nunca vamos a quedarnos sin hidrógeno, lo que implica una fuente energética para todo el mundo y más tranquilidad para futuras generaciones.

  • Fácil de almacenar y transportar

    La electricidad puede ser costosa de almacenar y transportar en largas distancias, pero al emplear electricidad para extraer el hidrógeno, tanto el almacenamiento como el transporte se simplifican. Con este método, fuentes de energía renovables como la eólica y la solar –que a menudo dependen del momento del año o de la ubicación– se pueden usar de un modo mucho más eficiente.

  • Producción local, en beneficio de la próxima generación

    Una de las grandes ventajas del hidrógeno es que proporciona una infraestructura energética que se puede producir localmente, lo que significa que los países se pueden aprovisionar independientemente, sin tener que recurrir a proveedores externos de energía. Así, nuestros hijos podrán disfrutar de una mayor seguridad energética durante generaciones.

¿Qué otras aplicaciones tiene el hidrógeno?

  • El hidrógeno es el elemento más abundante en el universo y se encuentra en casi cualquier parte. De hecho, el 75% de la masa del universo es hidrógeno. Además, existe de forma natural como molécula en casi todos los seres vivos. Es un gas incoloro, inodoro y no tóxico que puede almacenarse durante largos periodos de tiempo.

    En su estado natural, el hidrógeno se encuentra en el agua y en la biomasa, pudiendo extraerse mediante electrolisis utilizando recursos renovables como la energía eólica, solar o hidráulica, razón por la cual nos ofrece diversidad energética y continuidad.

¿Tiene futuro la conducción de hidrógeno?

  • Gracias a su continuo desarrollo y diseño, las pilas de combustible de hidrógeno han comenzado a utilizarse cada vez más. Si nos fijamos en el rápido crecimiento de la red de estaciones de carga, es evidente que la energía de hidrógeno, como fuente de combustible sostenible, irá siendo progresivamente cada vez más habitual.

¿Hasta dónde aspira llegar Toyota con el hidrógeno?

  • La Toyota Hydrogen Society europea está cambiando el modelo de transporte al apostar por una sociedad propulsada por el hidrógeno. Desde hogares con calefacción de hidrógeno, hasta el Toyota Mirai de propulsión de hidrógeno, el propósito de la compañía es proteger el medio ambiente a escala global para las siguientes generaciones e ir un paso más allá en las cero emisiones con su estrategia Let’s Go Beyond.

Preguntas más frecuentes

Sí, de hecho el proceso es extremadamente sencillo, y en realidad no es distinto de llenar el depósito de un vehículo convencional.

¡No, se tarda aproximadamente entre 3 y 5 minutos! Es decir, básicamente el mismo tiempo que tardarías en repostar un vehículo de gasolina, y mucho menos que en el caso de un vehículo eléctrico.

Sí. De hecho, se puede decir que los vehículos de hidrógeno tienen una mejor aceleración que la mayoría de vehículos de gasolina. La energía que impulsa el vehículo pasa por menos componentes por lo que es más rápido.

El hidrógeno es un combustible extremadamente seguro. El gas se almacena en unos depósitos herméticos muy seguros, y en el caso extremadamente improbable de una fuga, no se acumularía. Al ser más ligero que el aire, el hidrógeno se escaparía de forma rápida e inocua hacia la atmósfera.

El hidrógeno producido con energía renovable no genera ningún tipo de emisiones de carbono. Y, al convertirlo en electricidad, la única emisión es agua. También es fácil de almacenar y transportar, lo que nos permite aprovechar al máximo el potencial de las fuentes de energía renovables.

El hidrógeno es el elemento más común del universo, así que podemos extraerlo de sustancias de todo tipo. Es el caso del petróleo, el gas, los biocombustibles, los lodos de aguas residuales y el agua. Y, al estar a nuestro alrededor, nunca se agotará, por lo que ofrece una gran seguridad energética para el futuro.

Además del Mirai, utilizamos el hidrógeno en carretillas elevadoras y en autobuses de pila de combustible. Las pilas de combustible de hidrógeno también se emplean para alimentar fábricas, refrigerar almacenes y calentar hogares.

El hidrógeno se puede encontrar en casi cualquier parte, y afortunadamente hay varias formas de extraerlo. Una de ellas es la electrólisis, que implica el paso de una corriente eléctrica por agua. Otra es el reformado con vapor en el que se combina metano con vapor a alta temperatura, y por último la gasificación, que implica calentar materias orgánicas a altas temperaturas.