¿Por qué en invierno mi coche consume más?

Aprende a mantener a raya el frío (y el consumo)
¿Has notado que en invierno tu coche consume algo más de combustible? Precisamente en estas fechas, que, entre compra de regalos, cenas de empresas y comidas familiares, no podemos parar. Como sabemos que desplazarte en camello, como los Reyes Magos, no es una opción, te damos algunos tips para reducir el consumo de combustible y ayudarte a ahorrar. Así la cuesta de enero será mucho más llevadera.

Todos los coches están preparados para funcionar y trabajar a distintos niveles de temperatura, pero las temperaturas extremas, tanto frías como cálidas, afectan negativamente al funcionamiento del vehículo.

En ciertas pruebas de conducción, se ha demostrado que el consumo de combustible puede aumentar entre un 10 y un 15% cuando circulamos y las temperaturas están próximas a 0º. Pero, ¿por qué? Te explicamos técnicamente qué le sucede a tu coche cuando “pasa frío”.

  • La primera razón es la más obvia. El motor necesita más tiempo para calentarse y llegar a alcanzar la temperatura ideal. En los primeros minutos de funcionamiento inyecta más cantidad de carburante en los cilindros para conseguir el mismo rendimiento que en condiciones normales, por lo que el consumo y las emisiones se multiplican.
  • La eficiencia de las baterías es menor. Las bajas temperaturas provocan que el alternador trabaje más de lo normal para producir la energía eléctrica que necesita tu coche, lo que se traduce en un aumento del consumo. Cuanto mejor sea la tecnología de la batería de tu vehículo, menos sufrirá los efectos del frío.
  • Nunca dejes de disfrutar de tu coche
  • El motor también ‘pasa frío’
  • El aceite tampoco ha alcanzado la temperatura idónea de funcionamiento. Por tanto, disminuyen sus propiedades lubricantes, de forma que la fricción de las piezas mecánicas del motor aumenta. Una mayor resistencia al movimiento, requiere de más energía para realizarlo, por lo que se consume más combustible. De ahí que sea tan importante precalentarlo. Si necesitas cambiar el aceite del coche y no sabes cómo, consulta este artículo.
  • El depósito de gasolina. Tiene una explicación muy sencilla: si el tanque de la gasolina no está lleno, el aire húmedo y frío llena los espacios vacíos y termina condensándose. Esto repercute además en la calidad de la conducción.
  • La presión de los neumáticos disminuye. El aire de dentro de las ruedas también se enfría, y hace que la presión disminuya. Si la presión no es la recomendada, aumentará la fricción y el rozamiento con el suelo, lo que aumenta también el consumo de combustible. Nuestro consejo: verifica la presión y el estado de los neumáticos con frecuencia.
  • El uso de los sistemas eléctricos. El frío puede reducir la energía de la batería, lo que significa que el motor debe esforzarse más para producir esa energía eléctrica. Activar la calefacción, las lunetas térmicas, los asientos calefactados o los retrovisores calefactados aumenta el consumo de combustible. Para trayectos cortos no está mal que nos dejemos puestos el jersey.
  • Es importante vigilar el nivel de refrigerante. Ya que es el encargado de regular la temperatura del motor.

 

Pon a prueba estos tips para ahorrar combustible durante los meses de invierno, verás cómo tu coche y tu bolsillo te lo agradecen.