La mejor protección contra el frío en carretera: mantenimiento preventivo
El clima invernal puede afectar negativamente a tu coche, sobre todo si no tienes más remedio que dejarlo aparcado en la calle. Los neumáticos y las piezas de goma son las partes del vehículo a las que más afectan los estragos de las bajas temperaturas. Cuando el termómetro desciende por debajo de diez grados, elementos como las molduras, los sellos, los burletes, las correas o los manguitos del motor van perdiendo elasticidad. Además, la presión de inflado de los neumáticos baja alrededor de medio kilo por cada diez grados de descenso.
Otro aspecto a tener en cuenta es la congelación de algunos componentes. Debemos de saber que el líquido del limpiaparabrisas se solidifica por debajo de los 0ºC si no lleva anticongelante y, en caso de formarse hielo en las lunas, las escobillas pueden quedarse pegadas al cristal. Los aceites del motor, así como el combustible y el líquido de frenos tienen una textura más viscosa por lo que la temperatura debería ser realmente baja para que lleguen a congelarse.
La batería también se ve afectada por las bajas temperaturas. Por debajo de cero grados puede empezar a perder capacidad y, si nos enfrentamos a días especialmente fríos, por debajo de menos diez grados, su potencia se verá reducida a la mitad e incluso nos puede costar arrancar el coche. No es de extrañar, por tanto, que el 70% de los cambios de batería se den en los meses de invierno.
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Cuando te dispongas a realizar un viaje, comprueba todos los componentes del vehículo e infórmate del estado de las carreteras.
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Es recomendable cambiar el líquido refrigerante cada dos años.
¿Cómo nos enfrentamos al frío?
- Lo más importante es estar prevenidos para que nuestra seguridad no se vea reducida. Cuando se aproxime el invierno acude a tu taller a revisar el estado de los neumáticos, los frenos y el anticongelante.
- Mantén los ojos bien abiertos. Presta especial atención al estado de las carreteras y la posible formación de placas de hielo. En ocasiones, estas placas no son fáciles de detectar pero hay algunos signos que avisan de su presencia: hielo en el parabrisas, humedad alta y sol brillante. Si ves escarcha o hielo en los bordes de la calzada, aminora la marcha, no des frenazos ni cambios bruscos de sentido y extrema la precaución.
- Aumenta la distancia de seguridad, si se produce un derrape o una frenada imprevista tendrás más tiempo de reacción.
- Cuando te dispongas a realizar un viaje, comprueba todos los componentes del vehículo e infórmate del estado de las carreteras. No olvides las cadenas, llevar el depósito de combustible lleno y ropa de abrigo por si te quedases parado. Hoy en día casi sobra decirlo, pero ten el móvil a mano por lo que pueda pasar.
- Cuidado con dónde aparcas. Si hay nieve o mucho frío, procura no estacionar bajo árboles o aleros: se podría producir un desprendimiento.
Trucos para descongelar el parabrisas
En primer lugar utiliza un líquido limpiaparabrisas adecuado, si no incluye anticongelante es fácil que se solidifique. Cuando se forma una placa de hielo en el cristal una buena solución es rociarlo con alcohol, pero si la capa es muy gruesa, tendrás que utilizar una espátula para rascarla. Es preferible que sea de plástico para evitar rayar el cristal.
Arranca el motor y acciona la calefacción con el ventilador en máxima potencia en dirección al parabrisas. Una vez has retirado el hielo, pon en marcha el limpiaparabrisas para dejar la luna completamente limpia. Nunca recurras a echar agua caliente sobre el cristal pues la diferencia de temperatura podría romperlo. Si tu coche pasa la noche en la calle lo más práctico es que cubras la luna con un cartón o una manta.
La importancia del líquido refrigerante
El refrigerante es decisivo para el buen funcionamiento del vehículo, especialmente por su capacidad anticongelante. El cometido de este líquido es absorber el calor del motor cuando se excede de lo habitual y mantener una temperatura estable de los diferentes componentes. Antiguamente se utilizaba agua como refrigerante de los automóviles, por su magnífica capacidad de disipar el calor. Sin embargo, su punto de congelación y ebullición, así como su efecto corrosivo del metal, hacen que no sea el producto más adecuado.
Desde los años 30 se utilizan los llamados etilenglicoles, un tipo de alcoholes tienen un punto de congelación muy bajo y no alcanzan la ebullición hasta los 197ºC. Los líquidos refrigerantes que se usan hoy siguen estando formados en su mayoría por este componente, además de agua destilada y otros aditivos como antioxidantes, inhibidores de corrosión o antiespumantes. Se recomienda cambiarlo cada dos años aproximadamente, en los Talleres Oficiales Toyota ofrecen el refrigerante oficial de la marca, un producto creado especialmente para el buen funcionamiento de los modelos Toyota.