¿Por qué el hidrógeno?

El hidrógeno producido mediante energías renovables (como parques eólicos) no genera ningún tipo de emisiones de carbono. Y, al convertirlo en electricidad, la única emisión es agua. También es fácil de almacenar y transportar, lo que nos permite aprovechar al máximo el potencial de las fuentes de energía renovables. Además, el hidrógeno está literalmente por todas partes, lo que lo convierte en una fuente de energía inagotable.
  • Sin emisiones de CO2

    La generación de electricidad a partir del hidrógeno no produce nada de dióxido de carbono. Al emplear energías renovables para separar el hidrógeno, el proceso en su conjunto está totalmente libre de emisiones. Por eso es una forma ideal de energía verde, para que todos podamos respirar más tranquilos.

  • Suministro ilimitado

    El hidrógeno se puede extraer de una amplia variedad de sustancias, como petróleo, gas, biocombustibles, lodos de aguas residuales y agua; y nuestro planeta está lleno de agua. Por eso nunca vamos a quedarnos sin hidrógeno, lo que implica una fuente energética para todo el mundo y más tranquilidad para futuras generaciones.

  • Fácil de almacenar y transportar

    La electricidad puede ser costosa de almacenar y transportar en largas distancias, pero al emplear electricidad para extraer el hidrógeno, tanto el almacenamiento como el transporte se simplifican. Con este método, fuentes de energía renovables como la eólica y la solar –que a menudo dependen del momento del año o de la ubicación– se pueden usar de un modo mucho más eficiente.

  • Producción local, en beneficio de la próxima generación

    Una de las grandes ventajas del hidrógeno es que proporciona una infraestructura energética que se puede producir localmente, lo que significa que los países se pueden aprovisionar independientemente, sin tener que recurrir a proveedores externos de energía. Así, nuestros hijos podrán disfrutar de una mayor seguridad energética durante generaciones.

Preguntas más frecuentes

Sí, de hecho el proceso es extremadamente sencillo, y en realidad no es distinto de llenar el depósito de un vehículo convencional.

¡No, se tarda aproximadamente entre 3 y 5 minutos! Es decir, básicamente el mismo tiempo que tardarías en repostar un vehículo de gasolina, y mucho menos que en el caso de un vehículo eléctrico.

Sí. De hecho, se puede decir que los vehículos de hidrógeno tienen una mejor aceleración que la mayoría de vehículos de gasolina. La energía que impulsa el vehículo pasa por menos componentes por lo que es más rápido.

El hidrógeno es un combustible extremadamente seguro. El gas se almacena en unos depósitos herméticos muy seguros, y en el caso extremadamente improbable de una fuga, no se acumularía. Al ser más ligero que el aire, el hidrógeno se escaparía de forma rápida e inocua hacia la atmósfera.

El hidrógeno producido con energía renovable no genera ningún tipo de emisiones de carbono. Y, al convertirlo en electricidad, la única emisión es agua. También es fácil de almacenar y transportar, lo que nos permite aprovechar al máximo el potencial de las fuentes de energía renovables.

El hidrógeno es el elemento más común del universo, así que podemos extraerlo de sustancias de todo tipo. Es el caso del petróleo, el gas, los biocombustibles, los lodos de aguas residuales y el agua. Y, al estar a nuestro alrededor, nunca se agotará, por lo que ofrece una gran seguridad energética para el futuro.

Además del Mirai, utilizamos el hidrógeno en carretillas elevadoras y en autobuses de pila de combustible. Las pilas de combustible de hidrógeno también se emplean para alimentar fábricas, refrigerar almacenes y calentar hogares.

El hidrógeno se puede encontrar en casi cualquier parte, y afortunadamente hay varias formas de extraerlo. Una de ellas es la electrólisis, que implica el paso de una corriente eléctrica por agua. Otra es el reformado con vapor en el que se combina metano con vapor a alta temperatura, y por último la gasificación, que implica calentar materias orgánicas a altas temperaturas.

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